Xoves, 21 de Maio de 2020

2020/05/21: Dia da Rede Natura 2000

Dia de la Red Natura 2000
 
 


Mayo es un mes donde se concentran distintas celebraciones sobre el medio ambiente: Dia de la Red Natura 2000 (21/05), Día Mundial de la Biodiversidad (22/05), Dia Europeo de los Parques (24/05). El 21 de Mayo se celebra el “Dia de la Red Natura 2000” con la misión de contribuir a difundir los objetivos y actuaciones de la Red Europea de áreas protegidas y de la protección de flora y fauna silvestre, la Red Natura 2000. El Día Europeo de la Red Natura 2000 fue oficializado en el año 2017 y desde esa fecha se viene celebrando todos los años en los distintos países de la UE con numerosos iniciativas organizada por entidades públicas y privadas. El balance del primer año de celebración incluyó más de 15.000 participantes en 10.000 acciones. Incluyendo 500 actividades con 20.000 escolares de 160 centros educativos de 24 países, en los años siguientes la participación se incrementó considerablemente. Desgraciadamente este año, la celebración del Día Europeo de la Red Natura 2000 se celebra en la mayoría de los países europeos de forma virtual debido a los efectos provocados por la pandemia del COVID-19, situación que nos lleva este año conmemorar el Día de la Red Natura 2000 a través de los medios digitales y en base a una sucinta reflexión sobre su situación en Galicia.
 


A inicio de la década de 1990 instituciones europeas llevaron a cabo una importante reforma que dio lugar a la aprobación del Tratado sobre la Unión Europea (firmado 07/02/1992, entraba en vigor 01/11/1993), donde se promulga que: “La política de la Unión en el ámbito del medio ambiente tendrá como objetivo alcanzar un nivel de protección elevado, teniendo presente la diversidad de situaciones existentes en las distintas regiones de la Unión. Se basará en los principios de cautela y de acción preventiva, en el principio de corrección de los atentados al medio ambiente, preferentemente en la fuente misma, y en el principio de quien contamina paga”. Sobre las disposiciones del Tratado de la Unión se desarrolló una nueva política medio ambiental, que en materia de biodiversidad y espacios naturales se materializa en la creación de la Red Natura 2000 sustentada en la Directiva Hábitat (DC 92/43/CEE), en la Directiva Aves y en las Directivas de impacto ambiental, y cuyas determinaciones y objetivos se fueron incorporando al resto del corpus legislativo europeo. La actuación de la Comisión se expresó además a nivel internacional a través de distintos acuerdos y especialmente del Convenio sobre la Diversidad Biológica puesto a la firma el 5/06/1992, durante la celebración de la Cumbre de la Tierra de Rio de Janeiro (Rio-1992).
 



La Red Natura 2000 fue establecida por la Comisión, el 21/05/1992 con la aprobación y publicación de la Directiva Hábitat (DC 92/43/CEE), implementando un nuevo modelo de conservación y protección de la naturaleza basado en la gestión en Red. El concepto de Red supone la definición y adecuación de criterios científico-técnicos en relación con la identificación de los componentes de la biodiversidad objeto de medidas de protección diferenciadas del estatus de protección general (especies y hábitats de interés comunitario y especialmente los considerados como prioritarios), la delimitación de los propios espacios protegidos (LIC/ZEC; ZEPA), las medidas para asegurar la conectividad y conservación de los hábitats y las especies de interés comunitario dentro y fuera de los espacios naturales, así como un simple pero exhaustivo control de las actividades (planes, proyectos, obras) que puedan ser susceptibles de causar un alteración del estado de conservación de las especies y los hábitats de interés comunitario en los espacios de la Red Natura 2000, con procedimientos muy restrictivos para la autorización y especialmente en el caso de los elementos prioritarios. Así como mecanismo objetivos para la evaluación periódica del estado de conservación y en consecuencia de la efectividad de las medidas de conservación y gestión llevadas a cabo por los países miembros.
 
La puesta en marcha de la Red Natura 2000 tuvo también sus detractores, sobre todos en aquellos que seguían defendiendo un uso irracional de los recursos naturales o incluso de aquellos que por inercia o desconocimiento seguían anclados en modelos de áreas protegidas donde estas eran consideradas como una mera declaración honorifica o gestionados como simples lugares turísticos, lúdicos al margen de cualquier criterio o iniciativa de conservación. Esta rechazo se vislumbró con enardecidos planteamientos en muchas de las Comunidades Autónomas españolas contra la política ambiental promovida desde Europa, mientras que por otro lado recibían grandes cantidades económicas de programas europeos de ayuda al desarrollo. Una situación que en muchos casos se fue solventando con el tiempo, pero en otros, ha terminado enquistándose.
 




En la Actualidad la Red Natura 2000 es la red coordinada de áreas protegidas más grande del mundo, con el objetivo garantizar la supervivencia a largo plazo de los componentes de la biodiversidad, especialmente de aquellos más raros y amenazados de Europa. La Red Natura 2000 representa más del 18% de la superficie terrestre de la Unión Europea (EUR27), la mayoría configurada por propiedades privadas, y casi el 6% de la superficie marina, en la que se establecen medidas de conservación y protección concretas para más de 246 tipos de hábitats naturales (71 prioritarios) y un gran número de especies de flora y fauna silvestre enumerados en la Directiva Aves y la Directiva Hábitat. La Red Natura 2000 no constituye un sistema de Reservas Naturales estrictas del que estarían excluidas todas las actividades humanas. Si bien en la Red Natura 2000 se incluyen las Reservas Naturales declaradas en los distintos países, la mayor parte de los espacios de la Red Natura 2000, son espacios habitados y donde se siguen desarrollando de forma racional y sostenible distintas actividades acorde con los objetivos y directrices marcados por las mencionadas directivas.
 
Uno de los aspectos básicos de una Red de Espacios Protegidos es la existencia de mecanismos de evaluación y seguimiento periódicos para evaluar el grado de cumplimiento de los fines y objetivos de protección y conservación. La evaluación en la Red Natura 2000 se regula a través del artículo 12 de la Directiva Aves y del artículo 17 de la Directiva Hábitat. Acorde con estas disposiciones la Unión Europea publicaba a inicios del presente año los resultados del tercer periodo de evaluación. Los datos son poco alentadores para muchos Estados, donde la dinámica de pérdida de biodiversidad no se ha detenido, y generalmente se incrementa. La información publicada por la Agencia Europea de Medio Ambiente sitúa a España como uno de los Estados Miembros en los que mayor proporción de tipos de hábitats y de especies de flora y fauna de interés comunitario muestran un estado de conservación desfavorable, a pesar de ser uno de los que mayor diversidad y geodiversidad albergan en el conjunto de la Unión Europea, tanto en sus áreas marinas como continentales. La situación se muestra dramática para determinados componentes que se encuentran al borde de su completa extinción.
 





La situación gallega es todavía menos halagüeña. Ninguno de los tipos de hábitats identificados en los territorios adscritos a la Región Biogeográfica Atlántica o a la Región Biogeográfica Mediterránea se encuentran en un estado de conservación favorable. Los datos publicados por la Agencia Europea de Medio Ambiente resultan coherentes con la información científico-técnica que desde el IBADER se ha ido publicado en los últimos años y en la que se evidencia una acelerada tasa de destrucción y alteración de los hábitats de interés comunitario, y especialmente de hábitats prioritarios en muchos de los espacios de la Red Natura 2000 de Galicia.
 
Estamos a tiempo de remediar esta situación, pero ello obligaría a impulsar con urgencia y decisión medidas de gestión más eficientes acordes con los objetivos marcados en la Directiva Aves y la Directiva Hábitats, así como los establecidos en las directivas de impacto ambiental, y en las normativas estatales y autonómica. El marco normativo básico existe, solamente hay que aplicarlo con imparcialidad y rigor y de acuerdo con la normativa básica de la Unión Europea asegurando en todo momento un nivel de protección elevado. Ello solo es posible con una aplicación correcta de los principios de cautela y de acción preventiva, de la corrección de los atentados sobre el medio ambiente y del principio básico de quien contamina o destruye el medio ambiente debe afrontar los costes de su destrucción por vía de sanciones administrativas y/o penales.
 




Galicia debe afrontar de forma urgente la ampliación de la Red Natura 2000, alcanzando al menos los umbrales establecidos en el Convenio sobre la Diversidad Biológica y dando protección a aquellas especies y hábitats prioritarios raros o escasos especialmente en el conjunto de la Región Biogeográfica Atlántica, algunos de los cuales, como las turberas, los brezales, los bosques, han mermado de forma muy significativa su estado de conservación en Galicia. Resulta extraño que siendo Lugo la provincia que más contribuye a la conservación de la biodiversidad de Galicia sea la única que carece de Parques y que solo tenga declarado un Humedal de Importancia Internacional.
 
También es necesario realizar una protección rigurosa del medio marino, la cenicienta de la Red Natura 2000, que adolece en la Directiva Hábitats de un adecuado tratamiento de las especies y de los hábitats de los medios marinos de aguas no litorales. Independiente de esta actualización de la DC 92/43/CEE, debe mejorarse la declaración de áreas protegidas en las aguas marinas y medios costeros de jurisdicción autonómica y especialmente estatal, donde la superficie declarada como espacios naturales es muy exigua y carente en los espacios declarados por el Estado de medidas de gestión. Es incomprensible que espacios litorales como la Isla de Cortegada de propiedad 100% e integrada en el Parque Nacional no forme parte de la Red Natura 2000 y lo mismo ocurre con la Costa de Oia.
 




De nada sirve tener un amplio catálogo de especies amenazadas si no existen normas concretas para la conservación de sus poblaciones y sus hábitats especialmente fuera del ámbito de protección de los espacios naturales. Muchos Planes de Conservación duermen en los cajones sin ver la luz, mientras continua la pérdida de efectivos poblacionales y nos acercamos a una situación de muy difícil retorno.
 
Las evaluaciones y estrategias sobre el cambio climático global tienden a reducir su enfoque al ámbito urbano. Mientras que los efectos sobre el medio rural y las áreas naturales y especialmente las sinergias con otros retos globales (pérdida de biodiversidad, contaminación de aguas y suelos, etc), se sitúan en un segundo nivel o simplemente se obvian. En Galicia los efectos sinérgicos se muestran con inusitada dureza alterando el funcionamiento de hábitats dependientes de unas condiciones ambientales estrictas, que ahora se muestran inciertas o con tendencias hacia escenarios incompatibles con la conservación de los componentes de la biodiversidad. En relación con esta problemático los ecosistemas litorales y de alta montaña, así como los humedales y muchos tipos de bosques se muestran muy sensibles a los cambios y con una escasa resilencia. Lo que obligaría a extremar los criterios de seguimiento y la implantación de medidas concretas para asegurar su futuro.
 
Vinculado con estos factores, Galicia es un territorio donde las condiciones climáticas, especialmente en las áreas litorales y sublitorales, resultan muy propicias para el establecimiento, difusión y expansión de todo tipo de especies exóticas. Algunas de estas especies exóticas se han convertido en autentica plagas, generando importantes perdidas económicas, como es el caso del nematodo del pino (Bursaphelenchus xylophilus), en otros caso a las pérdidas económicas se unen afecciones a la salud de las personas, como ocurre con la avispa asiática (Vespa velutina). Otras grupo más numeroso de especies exóticas invasoras generan importantes afecciones sobre la flora y fauna silvestre, así como los hábitats de interés comunitario. Así el hongo Phytophthora alni diezmó en poco más de 12 años la mayor parte de los bosques de ribera de Galicia, un hábitat prioritario sobre el que se estructura una parte importante de los espacios de la Red Natura 2000 y que desarrollaban además un papel ecológico esencial dentro de los corredores fluviales. El número de plantas y animales exóticos que muestran en Galicia comportamiento invasor es muy superior al parco listado que constituye el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras.
 




Asegurar la protección y conservación de la biodiversidad en Galicia y una mejor eficiencia en la gestión de sus espacios y de la propia Red Natura 2000 obliga también a cambiar conceptos e ideas trasnochadas sobre los espacios naturales. En el siglo XXI resulta esperpéntico seguir defendiendo que los espacios naturales son declaraciones a título honorífico, como también poco certero seguir planteando que un espacio natural es un elemento de atracción turística, concebido, administrado y gestionado para atraer más y más veraneantes, sin valorar o simplemente despreciando los efectos nocivos de este uso sobre los componentes de la biodiversidad que han sido documentados por evidencias científico-técnicas. Entre las tareas pendientes en la Galicia del siglo XXI se encuentra también la necesidad de aplacar a las cofradías del glifosato y de la desbrozadora, que confunden medio natural con maleza y promueven un depilación permanente como estado ideal de la vegetación. Así como de educar en términos ambientales a periodistas y divulgadores que siguen viendo en al lobo una peligrosa alimaña y en jabalí un exceso de la madre naturaleza. Un medio ambiente fuerte pasa por mejorar los canales de participación y colaboración disponiendo de más recursos públicos para las labores de investigación y seguimiento, fortaleciendo las acciones de restauración y custodia del territorio y concienciando a los distintos agentes sociales y a la población en general.
 




La política ambiental surgida de la Unión Europea se ha centrado en los últimos años en eliminar cualquier ayuda oficial o subsidio que de forma directa o indirecta pueda incidir negativamente sobre la Red Natura 2000 y sus componentes. Este principio se ha generalizado como una norma reconocida internacionalmente a través del Plan Estratégico para la Diversidad Biológica promovido por el Convenio de Diversidad Biológica y aprobado por todos los países de la Unión Europea. Sin embargo, en España y también en Galicia, dicho Plan no se cumple y con ello no alejamos del consenso internacional, así como de cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (Agenda 2030), promovido por las Naciones Unidas y cuyo colorido emblema luce en las solapas de muchos políticos o adorna las agencias de medio ambiente.
 
Veintiocho años han transcurrido desde la puesta en marcha de la Red Natura 2000, un periodo temporal suficientemente amplio que permite considerar que la iniciativa ha tenido en términos generales un amplio éxito, contribuyendo de forma nítida a la mejora de la conservación de la biodiversidad y de la geodiversidad en la Unión Europea, siendo además un revulsivo y un modelo para imitar en otros países alejados del contexto europeo. El éxito del modelo no evita la necesidad de mejorarlo y adaptarlo a fin de poder afrontar igualmente con éxito los actuales y futuros problemas que se ciernes sobre el medio natural de nuestro viejo continente.
 
Lab. Biodiversidade. (GI-1934TB)
2020/05/21: Dia da Rede Natura 2000
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