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Selección Natural / Artificial


 
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El contenido generado por IA puede ser incorrecto.Selección Natural versus Selección Artificial

En On the Origin of Species, Darwin (1859) distingue explícitamente entre tres tipos de selección: la selección natural, la artificial y la sexual. Actualmente se considera que la “Selección sexual” y la “Selección artificial” no son más que modalidades de la Selección Natural. Considerando a la “Selección artificial” como aquella que ha sido generada o modulada por la acción humana.
 
Darwin (1859) introduce lo que considera el mecanismo principal de cambio evolutivo, valiéndose de una analogía. La naturaleza actuaría como un criador o un horticultor que, para moldear a los organismos con el fin de formar nuevas razas, ejecuta una selección sistemática y prolongada sobre sus animales o plantas eliminando las variaciones no deseadas. De la misma manera, en un uso de los términos conscientemente metafórico, Darwin dice que la naturaleza selecciona los individuos más aptos eliminando las variaciones menos favorables. La selección artificial es la selección ejercida por el hombre sobre sus producciones domésticas. La selección que opera sobre las variaciones de seres orgánicos en estado natural, es llamada por Darwin, en forma metafórica, “selección natural” (Ginnobili, 2011).
 
En la obra: La variación de animales y plantas bajo domesticación (Darwin, 1868), incluye una breve introducción sobre la “Selección Natural” y a la “Selección Artificial”.
 
Puede ser útil para los que no hayan leído nada sobre la Selección Natural que dé aquí un breve esquema del asunto en general y de su relación con el origen de las especies. Esto es especialmente adecuado, ya que en el presente trabajo es imposible evitar muchas alusiones a cuestiones que serán discutidas plenamente en volúmenes futuro. Desde un tiempo remoto, en todas las partes del mundo, el hombre ha sometido muchos animales y plantas a domesticación o cultivo. El hombre no tiene poder para alterar las condiciones absolutas de la vida; no puede cambiar el clima de ningún país; no añade ningún elemento al suelo. Pero puede llevar a un animal de un clima o un suelo a otros, y le puede dar comida con la que no subsistía en su estado natural. Es un error decir que el hombre “interfiere con la naturaleza” y causa variabilidad. Si un hombre deja caer un trozo de hierro en ácido sulfúrico, estrictamente no se puede decir que hace el sulfato de hierro, que sus afinidades electivas entren en juego. Si los seres vivos no hubieran poseído una tendencia inherente a variar, el hombre no hubiera podido hacer nada. Él inintencionadamente expone sus animales y plantas a varias condiciones de vida, y sobreviene una variabilidad que el hombre no puede ni siquiera prevenir o limitar. Consideremos el simple caso de una planta que ha sido cultivada durante mucho tiempo en su país nativo, y que consecuentemente no ha sido sujeta a ningún cambio de clima. Ha sido protegida hasta cierto punto de las raíces competidoras de otros tipos de plantas; en general ha crecido en suelo adobado, pero probablemente no más rico que el de muchos llanos aluviales; y, finalmente, ha sido expuesta a cambios en sus condiciones, habiendo crecido a veces en una área y otras veces en otra, en diferentes suelos. Bajo tales circunstancias, casi no se puede nombrar ninguna planta, por muy rudamente que haya sido cultivada, que no haya originado diversas variedades. Es difícil argumentar que durante los muchos cambios que ha experimentado la tierra, y durante las migraciones naturales de plantas de una tierra o isla a otra, habitadas por diferentes especies, tales plantas no habrán sido a menudo sujetas a Él inintencionadamente expone sus animales y plantas a varias condiciones de vida, y sobreviene una variabilidad que el hombre no puede ni siquiera prevenir o limitar. Consideremos el simple caso de una planta que ha sido cultivada durante mucho tiempo en su país nativo, y que consecuentemente no ha sido sujeta a ningún cambio de clima. Ha sido protegida hasta cierto punto de las raíces competidoras de otros tipos de plantas; en general ha crecido en suelo adobado, pero probablemente no más rico que el de muchos llanos aluviales; y, finalmente, ha sido expuesta a cambios en sus condiciones, habiendo crecido a veces en una área y otras veces en otra, en diferentes suelos. Bajo tales circunstancias, casi no se puede nombrar ninguna planta, por muy rudamente que haya sido cultivada, que no haya originado diversas variedades.
 
Es difícil argumentar que durante los muchos cambios que ha experimentado la tierra, y durante las migraciones naturales de plantas de una tierra o isla a otra, habitadas por diferentes especies, tales plantas no habrán sido a menudo sujetas a cambios en sus condiciones análogos a aquellos que casi inevitablemente causan variaciones en las plantas cultivadas. Sin duda el hombre selecciona los individuos variantes, planta sus semillas y de nuevo selecciona su descendencia variante. Pero la variación inicial sobre la que el hombre trabaja, y sin la cual nada puede hacer, es causada por ligeros cambios en las condiciones de vida, que muy a menudo deben haber ocurrido en la naturaleza. Por lo tanto, se puede decir que el hombre ha estado intentando un experimento a una escala gigantesca; y es un experimento que la naturaleza ha intentado sin cesar durante el largo paso del tiempo. De esto se sigue que los principios de la domesticación son importantes para nosotros. El resultado principal es que los seres vivos tratados así han variado ampliamente, y las variaciones han sido heredadas. Aparentemente ésta ha sido una causa principal de la creencia que unos pocos naturalistas han mantenido durante mucho tiempo según la cual las especies en su estado natural experimentan cambios en sus condiciones análogos a aquellos que casi inevitablemente causan variaciones en las plantas cultivadas. Sin duda el hombre selecciona los individuos variantes, planta sus semillas y de nuevo selecciona su descendencia variante. Pero la variación inicial sobre la que el hombre trabaja, y sin la cual nada puede hacer, es causada por ligeros cambios en las condiciones de vida, que muy a menudo deben haber ocurrido en la naturaleza. Por lo tanto, se puede decir que el hombre ha estado intentando un experimento a una escala gigantesca; y es un experimento que la naturaleza ha intentado sin cesar durante el largo paso del tiempo. De esto se sigue que los principios de la domesticación son importantes para nosotros. El resultado principal es que los seres vivos tratados así han variado ampliamente, y las variaciones han sido heredadas. Aparentemente ésta ha sido una causa principal de la creencia que unos pocos naturalistas han mantenido durante mucho tiempo según la cual las especies en su estado natural experimentan cambios.
 
En este volumen trataré, tan completamente como permitan mis materiales, el tema de la variación en condiciones de domesticación. Esperamos así arrojar alguna luz, por pequeña que sea, sobre las causas de la variabilidad — sobre las leyes que la gobiernan, tales como la acción directa del clima y la comida, los efectos del uso y el desuso, y la correlación del crecimiento — y sobre la cantidad de cambio que es posible en organismos domesticados. Aprenderemos algo sobre las leyes de la herencia, sobre los efectos de cruzar variedades diferentes, y sobre la esterilidad que a menudo sobreviene cuando los seres vivos son apartados de sus condiciones naturales de vida, así como cuando son cruzados demasiado próximamente. Durante esta investigación veremos que el principio de la selección es altamente importante.
 
Aunque el hombre no causa la variabilidad y ni siquiera la puede impedir, puede seleccionar, conservar y acumular las variaciones que le han sido dadas por la mano de la naturaleza en casi cualquier modo que escoja; y así puede ciertamente producir un gran resultado. La selección puede ser seguida de manera metódica e intencionada o de manera inconsciente e inintencionada. El hombre puede seleccionar y conservar cada variación sucesiva, con la intención específica de mejorar y alterar una variedad, de acuerdo a una idea preconcebida; y así, a base de sumar variaciones, a menudo tan ligeras que son imperceptibles para un observador no entrenado, ha efectuado cambios y mejoras maravillosos. También puede mostrarse claramente que el hombre, sin ninguna intención o pensamiento de mejorar una variedad, a base de conservar en cada generación sucesiva los individuos más valiosos, y de eliminar a los individuos sin valor, lentamente, pero sin pausa, induce grandes cambios. Cuando la voluntad del hombre entra así en juego, podemos entender por qué las variedades domesticadas se muestran adaptadas a sus deseos y necesidades. Podemos entender mejor por qué las razas de animales domésticos y de plantas cultivadas a menudo exhiben un carácter anormal si se las compara con las especies naturales; ya que han sido modificadas a beneficio del hombre y no del suyo propio.
 
En otro trabajo trataré, si el tiempo y la salud me lo permiten, de la variabilidad de los seres vivos en estado natural; es decir, de las diferencias individuales que presentan los animales y las plantas, y aquellas diferencias ligeramente mayores y generalmente heredadas que los naturalistas clasifican como variedades o razas geográficas. Veremos cuán difícil o, mejor dicho, cuán imposible es a menudo distinguir entre razas y subespecies, como se ha llamado a veces a las formas menos distinguidas; y lo mismo entre subespecies y especies auténticas. Además intentaré mostrar que la que se suele llamar especie dominante, es decir, la más común y extendida, es la que varía más frecuentemente; y que el género más grande y floreciente es el que incluye el número más grande de especies variadas; las variedades, como veremos, pueden ser llamadas simplemente especies incipientes.
 
Pero se puede argumentar, admitiendo que los seres vivos en estado natural presentan algunas variedades — que su organización es plástica en un cierto grado; admitiendo que muchos animales y plantas han variado mucho al ser domesticados, y que el hombre por su poder de selección ha ido acumulando tales variaciones hasta que ha hecho razas fuertemente distinguidas y firmemente heredadas; admitiendo todo esto, ¿cómo, se puede preguntar, han aparecido las especies en estado natural? Las diferencias entre variedades naturales son sutiles; mientras que las diferencias son considerables entre las especies del mismo género; y grandes entre las especies de distintos géneros. ¿Cómo pueden estas diferencias menores ser aumentadas hacia una diferencia mayor? ¿Cómo pueden las variedades o, como las acabo de llamar, las especies incipientes, convertirse en especies auténticas y bien definidas? ¿Cómo se ha adaptado cada nueva especie a las condiciones físicas del entorno y a las otras formas de vida de las cuales depende en alguna manera? Vemos a nuestro alrededor innumerables adaptaciones y artilugios, que han excitado justamente la admiración más alta de todos los observadores. Hay, por ejemplo, una mosca (Cecydomya) que deposita sus huevos dentro de los estambres de una Escrofularia, y segrega un veneno que produce un callo, del que se alimenta la larva; pero también hay otro insecto (Misocampus) que deposita sus huevos dentro del cuerpo de la larva que hay en el callo, y así es alimentado por su presa viviente; de manera que en este caso un insecto himenóptero depende de un insecto díptero, y éste depende de su capacidad de producir un crecimiento monstruoso en un órgano específico de una planta específica. Esto pasa, de una manera más o menos claramente distinta, en miles y decenas de miles de casos, en las más bajas y las más altas producciones de la naturaleza.
(Darwin, 1868).
 
Darwin (1868) considera 3 compoñentes no proceso de selección das especies. A Selección Natural, a Selección Metódica e intencional e a Selección inconsciente e non intencional, estas dúas últimas representan a Selección Artificial (Selección polo Home) favorecida pola acción dos seres humanos. A selección metódica é levada a cabo intencionalmente co fin de modificar unha variedade de acordo a un plan preconcibido, Mentres que a selección inconsciente resulta daquelas actividades que o home realiza para o cultivo, coidado e preservación dos individuos que el considera máis valiosos sen ningunha intención de alterar a variedade domesticada e sen ningunha meta predeterminada.
 
El principio de la selección puede dividirse convenientemente en tres clases. La selección metódica es la que guía a un hombre que persigue sistemáticamente modificar una raza según algún criterio predeterminado. La selección inconsciente es la que sigue cuando los hombres conservan naturalmente los individuos más valiosos y eliminan a los menos valiosos, sin ninguna intención de alterar la raza; y sin duda este proceso lentamente da lugar a grandes cambios. La selección inconsciente cambia de manera gradual a selección metódica, y sólo se pueden separar claramente los casos extremos; ya que si alguien conserva a un animal útil o perfecto generalmente lo usará para criar con la esperanza de obtener descendencia con las mismas características; pero en tanto que no tenga el objetivo predeterminado de mejorar la raza, se puede decir que está seleccionando de manera inconsciente. […]. Finalmente, tenemos la selección natural, que implica que los individuos que están mejor adaptados a las condiciones complejas y, durante el paso del tiempo, cambiantes, a las que se ven expuestos, generalmente sobreviven y perpetúan su clase. En los productos domésticos, la Selección Natural entra en acción hasta cierto punto independientemente de la voluntad del hombre, e incluso en oposición a ésta que el principio de la selección es "lo que permite al agricultor, no sólo modificar el carácter de su rebaño, sino cambiarlo totalmente. (Darwin, 1868.- Capítulo veinte. Selección por el hombre. La selección, un arte difícil — selección metódica, inconsciente y natural).
 
No momento en que Darwin publica as súas teorías (Darwin, 1859), o coñecemento con respecto á maioría das leis que rexen a herdanza eran moi limitadas, como o mesmo recoñece:
 
Las leyes que rigen la herencia son, en su mayor parte, desconocidas. Nadie puede decir por qué la misma particularidad en diferentes individuos de la misma especie o en diferentes especies es unas veces heredada y otras no; por qué muchas veces el niño, en ciertos caracteres, vuelve a su abuelo o abuela, o un antepasado más remoto; por qué muchas veces una particularidad es transmitida de un sexo a los dos sexos, o a un sexo solamente, y en este caso, más comúnmente, aunque no siempre, al mismo sexo. Es un hecho de cierta importancia para nosotros el que particularidades que aparecen en los machos de las castas domésticas, con frecuencia se transmiten a los machos exclusivamente, o en grado mucho mayor. (Darwin, 1859, Capítulo 1. Efectos de la costumbre y del uso y desuso de los órganos; variación correlativa; herencia).